Este bellísimo libro del premio Nobel de Medicina Konrad Lorenz, es una reseña de los experimentos del autor con muchos de los animales, sobre todo aves, con los que convivió y a los que estudió con detalle extraordinario. Esta obra es una guía divertida y muy precisa de los comportamientos de algunas especies, de sus especiales relaciones y sus instintos. También dibuja aspectos muy simpáticos de sus «lenguajes» y sus formas de comunicarse. Una obra que vale la pena conocer cuando las mascotas han recobrado un papel protagónico en la vida de los seres humanos.

Este libro es un estudio muy interesante sobre la importancia que tuvo el tren en el desarrollo de Europa en el siglo XIX y alrededor de él tres personajes muy notables de la cultura europea: Iván Turguénev, Pauline García y su esposo Louis Viardot, un hispanista francés y gran experto en arte. Con ellos y el tren se hace un descubrimiento de los grandes escritores y artistas del viejo continente, y se revelan esas relaciones que influyeron poderosamente en la formación de la cultura moderna y que participaron de forma activa en la construcción de la civilización occidental.

Esta es una de esas síntesis magníficas sobre un tema siempre de actualidad. Todos los dilemas que concita la definición de cultura y que tantas discusiones ha suscitado. Está «Breve historia de la cultura» participa por completo de la rara virtud que atesoran los libros sabios de verdad: trasmite, de forma inteligible, amor e interés por la historia que nos promete su título. Dictada en una tanda de sesiones para un público diverso, está a la altura de las mejores obras de su autor, un extraordinario divulgador de historias eruditas, que dominó a las mil maravillas las técnicas de la oralidad».

Sin duda, esta pequeña obra maestra nos introduce en una de las más valiosas reflexiones sobre la cultura y todo lo que ella lleva. ¿Qué es y cómo se escribe la historia de la cultura? Para estos tiempos de definiciones y análisis este es un tema apremiante que debemos conocer con cierto criterio conceptual y un conocimiento que vaya más allá de fechas y teorías.

 

Otro de los libros de Gonzalo España que en capítulos cortos van contando hechos históricos de especial interés para estudiantes interesados en conocer nuestro pasado. Son también reflexiones que sirven para estudiosos y profesores que quieren miradas muy precisas y sencillas del devenir de la Nación. Sin duda, ahora que regresarán a los programas de bachillerato las ciencias sociales, en estos libros podrán estudiarse muchos hechos que desconocemos y al mismo tiempo se podrán repasar algunos de los dramas más espléndidos vividos en la formación de la República de Colombia. Estas son peripecias protagonizadas por seres humanos de carne y hueso que, con frecuencia, olvidan los grandes historiadores.

Un libro extraordinario. El fanatismo y la ignorancia destruyeron la más formidable herencia del saber y la ciencia. Una síntesis de la vergüenza de quienes promovieron la desaparición de cientos de años de sabiduría y arte. Un libro ineludible en estos tiempos de fervores nacionalistas y guerras avasalladoras.

Una mirada diferente al mundo clásico.

La otra mirada…

 

Cinco ensayos componen este curioso libro de la Universidad Autónoma Metropolitana de México. Una exploración muy especial que nos muestra la tradición y los ritos de la «muerte», tan arraigada en la cultura mexicana y latinoamericana. Las autoras de estos estudios, no obstante, dan muchas y divertidas luces sobre los muertitos y las dinámicas creadas a su alrededor. El primero de los estudios es «1920: Revolución, muerte y tradición», de Guadalupe Ríos de la Torre; luego de Margarita Alegría de la Colina un espléndido trabajo «Viene la muerte cantando… La pelona en el corrido mexicano»; «Llorar y llorar. El oficio de las mujeres en los rituales funerarios», de Elsa Muñiz que nos lleva por el camino de las plañideras, con todos los asombros que se puedan imaginar; de Edelmira Ramírez Leyva, «La visita obligada a las necrópolis en la fiesta del 2 de noviembre en México», y La ciencia y la muerte en México en las postrimerías del siglo XIX y en los albores del XX», de Marcela Suárez Escobar. Una primicia a pesar del tiempo, pues es una publicación de 2002.

Los versos de Quevedo con que termina «Confieso que he leído», esta especial declaración de Alfredo Jiménez, son una síntesis afortunada que vale la pena repetir en esta pequeña noticia.

«Retirado en la paz de estos desiertos, / con pocos, pero doctos libros juntos, / vivo en conversación con los difuntos, / y escucho con mis ojos a los muertos.

«Si no siempre entendidos, siempre abiertos, / o enmiendan, o fecundan mis asuntos; / y en músicos callados contrapuntos / al sueño de la vida hablan despiertos».

En verdad somos lo que hemos leído, como dijo Borges. Encuentros y desencuentros con autores y obras que marcan la ruta, cada ruta del lector, con frecuencia distinta y según los intereses y la formación, pero con caminos interesantes y, a veces, comprensibles y muy diversos. Como dijo Gustavo Bell Lemus esta parábola vital ha sido escrita «con gracia, sencillez y buen humor, que hacen de su lectura una experiencia muy agradable», opinión que comparto plenamente.

La novela de la desmesura. Una epopeya en que se juntan la herejía con el erotismo, y la ignorancia con la violencia. Muchos son los Desiderios Dámasos que habitan la historia de esta República y tantas más las perfidias que cabalgan ahí, sin control, como un desastre de los siglos.

Esta estruendosa novela de Gonzalo España va más allá del afamado realismo fantástico y supera todos los tratados políticos y sociológicos que se han escrito. Un análisis portentoso de la nación, que de la manera más divertida que se haya propuesto en la literatura colombiana, plantea, al mismo tiempo, el estudio cultural más serio y preciso que se haya escrito sobre este país. Sin duda, una de las grandes novelas colombianas.